“Kochi” como la bautizamos, comenzó a ganar peso y sanar sus heridas. En ese proceso, fue necesario sacarle un ojo que estaba herido, así que quedó con solo u ojito. Pero fue mejorando rápidamente.
Por una publicación en facebook supimos de ella. La fuimos a buscar de noche a un sector de La Pintana en el cual hay muchos talleres y desarmadurías, cercano a un terminal de micros. Estaba oscuro y hacía mucho frío, la buscamos hasta dar con ella.
Estaba enrollada sobre un montón de ropa y basura. Al verla nos dimos cuenta que estaba peor de lo que pensamos: la sarna la hizo rascarse tanto que se rompió su cabecita, tenía sangre y la mitad del cuerpo pelado. Tenía sus ojos con infección. Estaba delgada.
Su reacción fue muy poca, casi no reacciono con nosotros. Estaba helada.
Al llegar con ella al refugio y ponerla en un lugar seguro, le ofrecimos agua y comida. Pero ella solo tomo agua, y más agua, cerca de un litro de agua de un viaje.
Lleva con nosotros ya 9 días y su ánimo es otro: nos mueve la cola, quiere cariño, ya no se rasca, sus heridas han secado y están cicatrizando. Come bastante, le damos un alimento de buena calidad y mucho para que suba de peso.
Es joven, una cachorra de no más de un año de vida. Es ciega de un ojito pues tenía mugre, pelos, pestañas y de todo dentro, y eso le abría generado una ulcera. Pero va saliendo adelante.