Conversando con un vecino cerca de las 23:00 hrs, escuchamos unos aullidos a unas cuadras, una pelea de perros y luego silencio. Rápidamente el diagnostico fue “un perro nuevo, fue atacado por la manada de ese sector”.

Pasaron dos minutos y apareció un perro jóven, muy chascón, con cara de asustado y sin saber que hacer. Se quedó parado en la mitad de dos calles.
Lo subimos a la camioneta y fue bautizado “Panfilo”.
Pero fue un chascón con suerte. Su actitud, su pelaje abundante, y su simpatía hizo que rápidamente encontrara una familia maravillosa que lo adoptó así chascón y todo antes de un mes de haberlo sacado de la calle.



